Miguel Ángel Miguélez

¡Te quiero!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Te quiero solo a ti, con la locura

del viento en huracán sobre mis velas

que impulsa las pasiones, las estelas

que dejan tu mirar de mar oscura.

 

Te quiero en un abrazo de ternura,

en un acariciar de lentejuelas,

y quiero, en suma, darte lo que anhelas:

la vida en la que muero sin mesura.

 

Postrándome ante ti te invoco mía

y rezan mis entrañas por entero.

Y busco ante tu rostro, poesía,

 

tenerte siempre en mí, pues solo espero

¡Oh!, diosa de mi carne, que algún día

comprendas ¡Cuánto, amor! ¡Cuánto te quiero!