Hormigas deambulan sin cabeza,
por limpias selvas como avenidas,
dirección de frente y erguidas
muy decididas y sin certeza.
Raudas y veloces con firmeza,
sus fines justifican los medios,
buscan curas sin hallar remedios
lloran su periplo con tristeza.
Labradoras de su propio destino,
caminan en un círculo vicioso,
sin voz sin fortaleza ni tino.
Rechazan sus genes en la colonia;
olvidan siempre su cerebro genial
marchan autómatas hacia el mal.