Poesía hecha piel,
mapa de enigmas:
cada verso una herida,
cada palabra un susurro por descifrar.
Rozar tus contornos
es vivir el palpitar
de tus secretos
en
busca del placer que prometes.
Desgloso tus metáforas
buscando una verdad escondida,
una caricia pendiente,
un deseo que se niega a ser nombrado.
Piel sensible y vulnerable
como
el alma que te habita,
se estremece bajo el goce
de
ser comprendida.
Silueta erótica entre lo tangible y etéreo.
Poesía convertida en carne.
Habitáculo sensual.
Rincón oculto,
imposible poseerte,
solo rozarte.
En ese contacto
anhelo
continuar buscando
la promesa de una satisfacción perdurable,
aunque…
siempre esquiva.