El miedo es libre,
vuela, corre y acecha,
su trampa es la promesa,
el dolor se aleja si nada se intenta.
Lucha con la conciencia,
batalla interior lidiada,
cuando todo se enfrenta,
el fantasma del miedo se aleja.
Sucumbir ante él le asegura la presa,
la libertad oprime cuando sigiloso en un arca entra,
un centellar estremece en el pecho,
arrebata el aliento,
él traiciona la promesa,
cada vez que su careta muestra,
derrumba la posibilidad de defensa.
Paraliza el andar,
cual pájaro con alas quebradas,
de su jaula no se podrá escapar,
aunque las puertas no estén cerradas;
pero rotas no están las alas,
solamente están atadas,
al reaccionar serán desatadas.
El fantasma del miedo,
se vuelve una sombra,
indivisible, no se desdobla,
cual amo, la libertad nunca dará,
de rodilla pleitesía se le hará,
tributo inmediato tendrá,
cada vez que despierto, él está.
Defender lo querido ya no se podrá,
¿Qué es lo querido?, olvidado está,
Lo anhelado una utopía será.
El alma huyó cuando al cuerpo se le dejó entrar,
sólo un cuerpo vacío emprende su andar
recorre distancias con una vida prestada,
que respira, pero sin libertad,
oprimida,
sin penas, ni glorias,
cuando lo decida, él la extinguirá.