Brujas i
Mujeres
Qué mujer no es una bruja
capaz de dar magia a sueños,
capaz de ser bailarina
con sus labios en los besos
que serán siempre inmortales
como el perfume del tiempo,
con el legado de fuerza
de tantos quemados huesos
que vivieron en pasados
donde reinaban infiernos
pero que fueron muy dignos
para elevarse a los cielos.
Qué mujer no es esa bruja
capaz de hablar con el viento
para darle suaves voces,
dar un regalo al silencio
que se mueve sin destino
ocultando tristes duelos.
Imágenes de esperanza,
de imaginación y versos,
porque gracias a su magia
el amor no tiene techos,
porque gracias a su magia
se puede amar desde lejos.
Qué mujer no es una bruja
combativa por derecho,
conociendo las angustias
escondidas tras del fuego
que sabe arder sin mentiras,
sin dar ventajas al miedo.
Amiga de luz y sombras
donde se embrujan deseos,
donde hay juegos en locuras
y hacen locuras los juegos,
donde puede usar la magia
que siembra flores en lienzos.
Qué mujer no es esa bruja
que pone el amor en los sueños
y rescata del olvido
lo que alguna vez fue bello.
La alegría será santa,
y quizás quede en un templo,
su muñequita de trapo
envuelta en mágico velo.
Brujas ii
Soledad, solitaria en noche y día,
soñadora y cantora delicada,
amadora, sonrisa nunca amada,
envidiada y matada por jauría.
Natural, sin veneno de abadía,
infernal, sin amor de enamorada,
melodía, sin miedo a ser violada,
hechicera enjuagada en poesía.
Llegarán aquelarres oportunos
invocando a demonios de desiertos
coronados por astas de cabrunos.
Despertad a los ojos de los muertos
exiliados en cielos de tribunos,
perfumad esos ojos bien abiertos.
Jhetsefany