Hernán Mejía Silva

LOS DIVIDIDOS

Buscas señales que no están;

una forma de vestir,

el dolor tras sonreír,

olas que pasan y se van.

 

Siento el rocío estelar,

es luz de neblina azul,

marcando mi destino,

desde Buenos Aires hasta Estambul…

pasividades que no saben esperar.

 

No es una mirada melancólica,

es un pesar mucho más profundo,

hay quien soporta de manera estoica,

ya que no es para todos este mundo.

 

Veo el pálido cielo nocturno,

yo, que siempre fui solitario,

distraído y taciturno,

¿me pregunté por ello a diario?

si valía la pena, si valía la pena.

 

Lo que fuera una lágrima,

adentro se ceca y se pierde,

agonía plena e intima,

muerde, sangra… hiere.

 

Fue la abrumadora belleza,

no me di cuenta, no puede aliviarlo,

tanta fascinación, tanta sutileza,

sueños de vientos y cristal,

lluvias de polvo estelar y su luz magistral.

 

Se van amplificando,

me voy magnificando,

la voz les va ganando,

es un eco hablando,

los divididos se pierden con pureza…

en la majestuosidad que embelesa.