Tango todos los días enciendes mi amor por ti.
Hay días que deseo alejarte de esta, mi alma.
De cierto, es sólo deseo, siempre te consentí.
Recibo de otros, burlas y agencio a mi calma.
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Hoy, desde los ecos de mi vieja alma, me río.
No saben los irónicos que, acaricias, mi alma.
Por esos bellos momentos contigo, pido brío.
Para oírte, con mis lindas galas, uso la talma.
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Amigo, yo he revelado, por ti, mi gran amor.
Eso aunque reciba risotadas y frases burlonas.
Yo nunca, he sentido tan cercano, tu candor.
Con tus notas y quebradas tú me emocionas.
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¡Cuando yo muera no quiero rezos, sí tangos.
Hay herencia, y si no cumplen, ni un mango!