Enrique Dintrans A.

¡VOZ AMADA, TAN AMADA! 

¡VOZ AMADA, TAN AMADA!  

Una mirada que a veces 
florece de improviso. 
Y me transporta. 

El pulso vital
en los ciclos de luz y sombra. 

Camino de tus voces
que mi alma guarda.    

Vocación en destellos y agonía
¡Voz amada, tan amada! 

¡Oh, tiempo, páginas escritas
en el sueño del paisaje! 

He visto la vida 
reír en mis huesos
y el dolor inefable 
del doloroso silencio  
abriendo huellas 
entre las ruinas. 

Ay, semilla de humanidad
¿Quién te abriga, dime
quien acoge tu dolor? 

Una mirada que me convoca
y reclama mis ojos ciegos  
a reclamar esperanzas. 

¿Por qué me asalta la nostalgia? 
He bebido del néctar sagrado.  
¿Cómo olvidarlo?


E.D.A