Cuando me detengo a contemplar tus ojos
Quiero ser parte del brillo de felicidad,
Que emanan esos dos luceros al mirar
cada vez que me sumerjo en tu sonrisa
siento que tienes el poder de hipnotizar,
y quiero navegarla de comisura a comisura...
Y que me prodigues un beso eterno.
Desde el capullo de tu frágil sentir
controlo mis movimientos, cuidadoso
para no estropear la sutileza de tu brisa.
Enaltezco tu alegría incontenible
Y trato de oprimir mis párpados para
que los lagrimales no derramen sollozos...
Y en ese encuentro leo el deseo en tu mirada,
Entonces mi corazón se acelera en sus latidos
Y crecen los deseos de dar paso a las pasiones.
EL ERMITAÑO SOÑADOR