Se abrió la puerta
y escaparon las golondrinas
de su nido de miel y azúcar.
Se me nubló de pájaros el cielo
y un torrente de alas negras inundó
mi vida.
Con espinos de acero, escupes mi nombre
repitiéndote en el tiempo.
Y cosida mi boca con abrojos
no pronuncia palabra.
La fuerza se me escapa entre jirones
por esta cobardía que me hiere.
Ya no puedo con esta encrucijada,
¡qué camino tomar
si me creí a salvo de la lluvia
y un huracán me sepultó en la sombra!
¿Qué haré con este miedo que me arde
en la garganta?
¡Qué haré con este miedo!