albertoescribe

Esta vez no hablaré de las estrellas

Esta vez no hablaré de las estrellas

ni de aquél árbol seco al que la luna

le dibuja nostalgia a contraluz,

de las tímidas gotas de rocío

que se aferran al borde de las hojas,

temblorosas, con miedo de caer...

 

Hablaré de las cosas imperfectas.

 

De la oculta belleza que descubro

en la negra, alargada y terca nube

que se cuelga del cielo anaranjado;

en los pasos endebles de un potrillo,

en las migas que caen de la mesa;

las hormigas en fila hacia el botín.

 

Y la encuentro las veces en que observo

el errático vuelo que describen

las libélulas sobre el agua quieta;

o ese rayo de sol que –en las mañanas–

me despierta al filtrarse en las rendijas.

El reloj que se atrasa y nos regala

un poquito de vida, según creo.

 

¿Puede ser imperfecto lo intangible?

Las miradas que –a causa del cansancio–

ya carecen de brillo y que nos lanzan

el mensaje cifrado de una súplica.

 

No lo sé, pero veo la belleza

en la forma imperfecta de las cosas.