Iago A.

La gota que derramó el vaso

La gota que derramó el vaso

fue aquella lágrima

de sentimiento desolador,

de penumbras y de dolor.

 

Fueron los sentimientos

acompañados de frías durezas del exterior.

La gota fue acompañada por la soledad,

la soledad fue acompañada por pequeños grandes apoyos,

y las lágrimas por la tez en la cual se deslizó.

 

Sintiendo a veces

que aquella sea la última

y se pueda percibir como sanadora, reparadora y tranquilizadora.