La gota que derramó el vaso
fue aquella lágrima
de sentimiento desolador,
de penumbras y de dolor.
Fueron los sentimientos
acompañados de frías durezas del exterior.
La gota fue acompañada por la soledad,
la soledad fue acompañada por pequeños grandes apoyos,
y las lágrimas por la tez en la cual se deslizó.
Sintiendo a veces
que aquella sea la última
y se pueda percibir como sanadora, reparadora y tranquilizadora.