Chirimiri* mental.
Lluvia de ideas,
recuerdos,
emociones,
cae constantemente,
casi imperceptible
pero,
siempre presente,
cual flujo sensible.
Murmullo de persistentes reflexiones
que,
aunque sutiles,
van poco a poco
empapando el alma
con una calma
que
invita al recogimiento,
dejando un rastro de serenidad,
o,
tal vez, de nostalgia.
Cada gota
que
cae es un instante de claridad,
una chispa de conciencia,
donde las ideas brotan
como
hierba tras la tormenta.
*Lluvia menuda que cae blandamente.