Una tranquilidad secuestrada
Ya no alcanzan las palabras
Es momento de un cambio
Te tirar todas las llaves al fondo de los mares
No desespero para no reflejar imágenes
Cuántas veces ansiando exponer el fruto entre palabras impertinentes
Cómo fue que olvidé algo tan esencial
Cómo es que precisamente esas luces se apagaron
Duele el día y más el futuro sin tranquilidad
Existe tranquilidad si me sé reemplazable
No vengo a llevar por siempre ninguna antorcha
Las heridas exigen su tributo
Es así
El pensamiento puede pudrirse hasta la raíz
Quién quiere comer por siempre esos frutos
Todo lo que sale de mi boca hiere
Y se cumple el designio
Tanto que quizás no entiendo ni llegue a entender
No quiero caer a sabiendas que pude preferir
No quiero el peso de una realidad que no me corresponde
No quiero desesperar
Ni perder la fe que honestamente hasta hoy fue holograma