Él puso todo su empeño
en conquistar esa cumbre
de los sentimientos.
Ella era la montaña
y buscó alcanzar su cima,
ascender a su secreto.
Imaginó maravillas,
no escatimó sus esfuerzos,
cambió pasos por latidos.
El amor todo lo puede:
si el corazón está vivo
persigue todos sus sueños,
saca fuerzas de flaqueza
hasta lograr su objetivo.
Y por fin lo consiguió,
llegó hasta lo más alto.
En el reino del amor,
descubrió otra perspectiva,
ahora miraba más lejos,
divisaba el infinito…
El problema vino luego
cuando en su regocijo
quiso apreciar lo ascendido
y decidió mirar hacia abajo.
A sus pies…
EL VACÍO
LUJITAR (4-6-23)