Soy un títere, donde el titiritero es el cerebro,
en una cárcel llamada mente,
donde la mayor tortura es el pensamiento
tratando de hacerme llorar;
donde el dolor te gana
y el vacío te lleva a ver
la cara más profunda del sentimiento,
dejándote a ciegas por un pasillo
llamado desesperación,
intentando alcanzar un final,
el cual no ves llegar,
allí donde te debería esperar
una cálida brisa de primavera
y te azota una tempestad de invierno,
congelándote hasta dejarte sin razón.
Y así te ves perdido en un laberinto
llamado vida, que con el pasar del tiempo
dejas de buscar una razón para vivirla.