J.R.Infante

Hubo un ilustre

Hubo un ilustre carbonero alpino

que quiso dejar sus mágicas notas

—gorjeo de plumífero que flotas

de rama en rama—. Con un matutino

 

despertarnos de piel con piel. Inclino

mis labios sobre tus senos y explotas

de júbilo contenido. Bellotas

negras se enredan en tu pelo. Vino

 

dulce que embriaga tu febril sonrisa

que anuncia el día. Voy contemplando

tu leve despertar. Sin darse prisa

 

una horda de nubes va navegando

sobre fondo gris celeste. Divisa

el ave tus ojos. Sigue cantando