Y vivo el presente con el fin de que el día posterior tenga un buen referente y los recuerdos tengan delante un espejo que no distorsione. De forma que mis emociones sean la fuerza motriz que me impulse a lograr mejores metas y sean los pensamientos, cálida brisa que me impulse a perseguir los dorados sueños de las buenas acciones.
Hoy sé, que, en sí mismo, es un día irrepetible, para vivirlo, de forma que sea un referente del mañana. Agradecer cada segundo, el estar vivo, no permitir que nada me lo cambie y seguir los imperativos de mi corazón para ser cada vez mejor.
Sé tú mismo, me digo sin temor, no precisas de la aprobación de nadie, porque son quienes saben que la felicidad se alcanza estando en sintonía con la razón, los que a través de la reflexión buscan llegar con voluntad, perseverancia y empeño a ese horizonte llamado libertad por donde amanece el verbo amar.
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Dulce amor, el que me embarga y seduce
saben mis mañanas de amaneceres
más mis noches, ansiosas de quereres
en la flor de sus labios liban lo dulce
nacen en lo dorado de sus mieles
y en la oscuridad los brotes se abrieren
como si fuesen luz de amaneceres
rosa abierta que me llama y reluce
¡Ay, de mi amor y mis pasiones miles!
¡Cuánto te aman mis soñadoras noches!
Y mis amaneceres para verte
que no duermen ni descansen, derroche
de pasiones sin tregua, qué soñarte
quieren todo aquello cuanto te sobre.
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A ciegas estoy, hundido en la niebla
que de ti me separa, más no acierta
la noche… las llamas nunca se apagan
benditas las palabras que me cantan
benditas las que me abrieron las puertas
del cielo dorado de tu mirada
en cada instante, cuando estás tan lejos
cuando el vehemente deseo es tuyo
que lo siento cercano como el mío
sueños compartidos, cuáles reflejos
bendito, por siempre sean tus ojos
los míos, amor, fijos en los tuyos
tu voz de canto y de pasión, cuál arrullo
dijeron: ven, cielo, seas mis antojos.
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No hay mejor razón para vivir que aquella que se rige por la moderación y el amor, me dijo con cautela mi corazón. Y haciendo uso de libre albedrío y mis deseos incompletos, si no la tengo cerca, convertí la mesura en premura; al amor le puse alas y a la razón, la chispa de locura que prende las llamas de la pasión y así fui a su entorno, con la emoción de llevar mis alforjas repletas de sueños, de besos y de versos sin más reglas que las del amor.