gaspar jover polo

LA ECOLOGISTA Y EL VIEJO AGRICULTOR

LA ECOLOGISTA Y EL VIEJO AGRICULTOR

 

Había llegado una mujer joven, ecologista

de ideas y propietaria de la finca de enfrente,

y el viejo labrador y cazador había estado matando

gatos monteses y búhos reales durante mucho, muchísimo tiempo,

toda la vida para ser breves, para proteger la población de perdices,

y, como estaba prohibido por entonces matar alimañas,

animales preciosos y apreciados según donde,

bellos en muy alto porcentaje,

el viejo tenía todas las de perder

en un juicio. Y, por esta razón, la propietaria vecina,

que además vivía en la capital y solo acudía

de vez en cuando a patrullar en su automóvil blanco

y a observar provista de prismáticos los bancales y las lomas,

y todos los aledaños fértiles

hasta cerca del horizonte en busca de los

preciosos animales, de los depredadores, de las grandes aves

todopoderosas y salvajes, distaba mucho

de querer entenderse con el anciano tractorista, y ninguno estaba

dispuesto

a retroceder un centímetro en su toma de posiciones.

Así que, llegados a este punto, la relación parecía difícil,

y lo más seguro era que solo la muerte (la del viejo

con mayor probabilidad) pudiera facilitar la síntesis

entre aquellas dos posturas

un día y otro día tan encontradas,

y desde todo punto de vista irreconciliables.

 

Gaspar Jover Polo