Zoraida Rosado

**Solá**

**Solá**

En el rincón del alma, un suspiro,  
donde el silencio danza con la brisa,  
allí se asienta la sombra del retiro,  
un refugio sutil, un dulce hechizo.  

 

Las horas serpentean, lentas, calladas,  
y el murmullo del viento trae recuerdos,  
memorias de risas, de jornadas doradas,  
que en la soledad tejen sus enredos.  

 

La luna se asoma, testigo en el cielo,  
con su luz plateada acaricia la senda,  
mientras mis pensamientos vuelan en vuelo,  
como hojas llevadas por la corriente.  

 

Las estrellas titilan, como versos guardados,  
en el cuaderno de sueños que nunca olvidé,  
en este rincón, donde el anhelo es sagrado,  
encuentro la paz que el ruido ahogó.  

 

A veces la soledad pesa como un estigma,  
un eco de ausencias, un espejo quebrado;  
pero en su abrazo hallo la rima  
que da voz a lo que el corazón ha anhelado.  

 

Escucho el latido de mi ser,  
en la profunda intimidad de la noche,  
cada susurro es un renacer,  
un poema eterno que nunca se a boche.  

 

Solá, oh dulce amiga, con tu manto de calma,  
abrazo este viaje, sin miedo, sin prisa;  
en la soledad encuentro la llama,  
de un mundo interior que dulce me guía.