Rosario_Bersabe

La fragua y el cante jondo

Cuando el manto de la noche

ciñe sombras de cuchillos

el viento entra en la fragua

para quedarse dormío.

 

Ya se apagan las candelas

de yunques y de martillos,

todo se queda en penumbra

 ya todo se queda frío.

 

El agua queda en silencio,

no se escucha ni un ruío

y el cante jondo despierta

y despiertan los jipíos.

 

Martinete y Soleá,

en uno solo fundíos

salen de roncas gargantas

y van fecundando lirios.

 

Entre destellos de luna

como fuegos de artificio,

La Soleá quiebra el talle

con dos besos sorprendíos

y al Martinete embrujao

se le ha escapado un quejío

y entre encajes y volantes   

de amor se queda prendío.

 

El día llega preñado

de caricias y suspiros,

de lluvias y de trigales

y con aromas de olivos.

 

Cundo la fragua despierta,

los yunques y los martillos,

encuentran al Martinete

de la Soleá cautivo.

 

¡Silencio, no los despierten,

dejadlos, que están dormíos!

(Enero 2009)