Tócala otra vez, Sam,
y no pares hasta que el sol desaparezca del cielo…
Solo así soportaré la distancia hasta llegar a la constelación de Tannhauser…,
donde la soledad me ayude a recordarla como entonces
y, cadenciosamente, me arrastre hacia el oscuro espacio profundo
donde viven los sueños…
Y, al fin, pueda soñar con ella eternamente…