Carlos Eduardo

Q U I Z Á S

   -Dichosa edad y siglos dichosos aquéllos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, ...,

entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío

E L   Q U I J O T E

 

Sensibles somos, y pagamos por ello.


En mí, lo que debo silenciar es la mente, que no descansa, la manejan demiurgos, dioses, demonios, santos, en fin. El silencio prolongado, en soledad y plena oscuridad extravía.


Cuando se despedaza el tiempo en tus aguas infinitas existe la vida, libre, soberana, sin trincheras.


Cuando se está enamorado y el otro se marcha; entonces, el delirio termina, o mata.