Ya vuelvo a ti, desierto árido y reseco;
por mi ventanilla miro y te rechazo.
Busco hallar en ti verdor, busco frescura
y solo encuentro calor, sed y cansancio.
(La carretera avanza y al corazón arrastra)
Detrás dejo lo que amo, y lo amo tanto
como puede amar su brote un árbol muerto
al sentir fluir de nuevo en sus entrañas
sabía viva cabalgando por su cuerpo.
(El camino sigue aunque mj corazón se gire).
No te elegí, Castilla, nunca fui tuya;
pese a haber nacido en ti, no eres mi madre.
Mi madre es verde y fértil, plena de arroyos,
frondosas montañas y rugientes mares.
(Machado en la vía y en el alma Rosalía)
Sobre el destino ciego, la voluntad impera,
y yo elijo ser hija bastarda de Galicia
antes que de Castilla legítima heredera.