Jesús Francesco Landín Flores

Naturaleza humana

¿El poder y la oscuridad del alma humana

radica en su estado más puro,

o más bien, en su estado más oscuro?

 

Vislumbran instintos arcaicos y destructivos:

la del alma pura y la del alma oscura.

 

El alma pura, desprovista de sociedad y sus vicios;

carente de prácticas negativas,

conserva un poder que se manifiesta

tanto en actos de gran bondad

como en actos de gran crueldad.

Esta, pues, conduce a acciones extremas,

constructivas y un tanto destructivas.

 

El alma oscura anida un colosal poder:

el arte; la capacidad de concebir el daño.

Su carne se rige por instintos primitivos y destructivos:

codicia, envidia y violencia,

brotan desde las profundidades, clandestinos

de la psique humana.

Emergen de la tierra ante debilidad;

devoran todo a su paso, es en cuestión,

la cúspide demoledora del humano.

 

De manera que ni alma pura ni alma oscura:

pueden ambas ser fuentes de poder y oscuridad,

la clave radica en su equilibrio mutuo.