Milber Fuentes

El tiempo que no habito tiene la habilidad de nombrar la muerte y parece escucharse mi nombre.

 ¿Cómo se puede habitar el tiempo que no se conoce, 

el futuro?

Cuando digo “no sé”, 

digo que no entiendo al tiempo, 

que su paso me es extraño 

y no creo en algunas promesas.

La realidad hace que tus palabras 

casi acerquen ese futuro que temo, 

como si al nombrar la muerte 

cada día ella diera un paso hacia mí.

Imagino cambiar el mundo, 

pero yo —sin variación, sin sombras nuevas— 

no he cambiado en años, 

atrapado en un reflejo inmóvil 

que se resiste a moverse, 

igual que el tiempo