Pues que sangren de mis venas
de mis heridas, la sangre
que mi cuerpo sea estandarte
de poesías y poemas.
Que sea mi voz la letra
y mis manos instrumento,
y respire hasta el aliento
de las frases y los versos,
que han hecho de mi, poeta.
Y que el latir que ahora siento
de mis ideas, marcado
sea el golpe frío, helado
que arranque mis sentimientos.
Porque noto en mi cuerpo
cuchilladas y porrazos
porque escribo mientras muero,
y revivo a cada trazo.
Que la cura a mis heridas
son las palabras que escribo,
y al morir dejo mi vida
y con ellas, resucito.
Es que siento lo que hago
y el poema me lo dicta,
y noto que soy homicida
de escribirlo paso a paso.
A cada paso, a cada huella
que en el papel voy dejando,
noto en mi, toda esa fuerza
de escribir por lo que amo.
Porque sangran en mis venas
la tinta que he derramado,
porque los versos me han dado
la ilusión porque viviera.
Y aquí me encuentro de nuevo
entre las letras soñando,
esperando alzar el vuelo
escribiendo lo soñado.
Habla la pluma en mi mano
canciones que son poesía,
cantos de risas lejanos
y tristezas conocidas.
Porque esas son mis heridas
y por ellas, muero y sangro
solo por ellas renazco,
cuando escribo mis poesías.
Soy poeta, está claro
aunque no quiera entenderlo,
son las rimas y los versos
el motivo de pensarlo.
Y aquí sigo, muriendo
con mi sangre lo he plasmado,
con dolor, con alegría
mi cuerpo lo he transformado
para que sea, poesía
porque poeta me siento...