Ahora vislumbro su sonrisa,
son brillos que acaricia el aire
como sol que iza al amanecer,
y sueños que renuevan su brisa.
¡Oh! soñadora niña, hechizas
en tu mirar hay un mundo flotante,
la magia que en tu luz se desliza
sobre un lienzo, sutil amante.
Extiende el fulgor de su destello
como estrella precisa,
y cada rayo rompe el sello
del tiempo que guarda su risa.
Y el olor de sus cabellos
fragancia que reviven mis días,
renovando la vida con fulgor,
de un río que canta melodías.
Eres la voz en cada verso,
un soplo de fuego interno
y aunque todo sea adverso,
su risa es como calor materno.