A mi niño del alma
Se te rompió la vida de repente,
en trocitos pequeños, sus cristales
formaron las semillas de tus males,
que arrastran tu pasado a tu presente.
Mas supiste mi niño, que la vida,
es fruto del coraje y del empeño,
en lograr desterrar todo mal sueño
y ganar día a día la partida.
Eres el bello fruto de tu historia,
fruto de la simiente del amor.
Y dibujas tu vida cual pintor
que expresa en sus colores la victoria.
Hoy te sostienen firme los cimientos,
forjados con tus nobles sentimientos.