Hermes Antonio Varillas Labrador

Entre la locura y la cordura.

Entre la locura y la cordura.

 

Del complejo laberinto de contradicciones

donde poco importan obras de literatura,

ya quisiera marcharme a un manicomio de letras

donde more cada anónimo genio y figura.

 

Al llevarles, en esta ocasión a colación

el tema de la chaladura y de la cordura,

pues pareciese que no pudiesen deslindarse

que están liadas con dorada y áurea costura.

 

Que desde el mismo momento de su nacimiento

ya se encuentra y enfrenta el hombre a una cruel hondura,

en un mundo inmundo de terribles paradojas

que nos acompañan a la fría sepultura.

 

 Es el tiempo triste y carcelaria paradoja

nos tiene atrapados sin salida ni mesura,

locos en cuestión del amor y los sentimientos

con talante gitano en una osada aventura.

 

Acaso somos especie de graciosos péndulos

como especie de parábolas en herradura,

entre el lastimero llanto y las alegres risas

transcurre nuestra existencia sin abreviatura.

 

Y los hay quienes son como aquel desnudo rey

ante su pueblo, con aparente vestidura,

llenos de oropeles y creemos vernos bien

y no somos sino cómica caricatura.

 

De momento somos solo enanos o pigmeos

nos creemos gigantes de demasiada altura,

por la escasez de sencillez y de la humildad,

más, la prepotencia es vano signo de amargura.

 

Orates estamos en un discordante mundo

son muchos los que urgen y requieren atadura,

por no confiar en la armonía tan natural

con su doble moral andan como caradura.

 

Los crímenes y adversidad de la humanidad

historia en síntesis su registro en escritura,

la ciencia cansada al probar tal realidad

va a la decisión volverse adicta a la locura.

 

Ya quiero salir ante el orbe como Quijano

con adarga, con mi gran fe y en cabalgadura,

para lograr resolver disímiles de entuertos,

a los depredadores meterlos en cintura.

 

Al extremo tanta letal enajenación

con odio a sus semejantes con enconadura,

de los muy desalmados fabricantes de guerras

que se han alocado el clima y la temperatura.

 

Y que cese ya la ley del hombre por el hombre

como explotación desenfrenada con locura,

entendamos pronto que el amor por nuestro prójimo

el ejemplo nos lo obsequia la madre natura.

 

Ni es difícil, ni imposible el poder entender

lo que como legado y herencia en la lectura,

el Redentor ofrece la eterna salvación

si obramos como cándidos niños con ternura.

 

Lo dice el bardo Rimbaud con ardiente paciencia

o con alegres juegos e infantil travesura,

para poder conquistar la ciudad de justicia

por una paz con majadería y con blancura.

 

Luego de un cuerdo delirio sobre el Chimborazo

y de un celebrísimo Congreso de Angostura,

dijo Bolívar en estertores de su muerte:

Tres grandes majaderos sin remedio ni cura.

 

Y que muy bien hoy se pueden contabilizar

son un trío en una historia sin enmendadura:

Jesucristo, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote

y ese genio Libertador por añadidura.

 

 Hermes Varillas Labrador

#FormandoCiudadania & #ElArcoIrisDeLosNiños. 

 

Aclaratoria necesaria, no soy cantante, ni músico. ENTRE LA LOCURA Y LA CORDURA. Uno de mis más extensos y existenciales poemas, hecho canción, gracias a la ayuda que me brindó con la voz y la música, la muy cuestionada y debatida magia de la Inteligencia Artificial. Espero su comentario y honesta valoración.