Hernán Mejía Silva

DE MADERA

Tal vez despertó a la vida,

sueño profundo de un romántico,

idilio suspirante y armónico,

de cuando en cuando se olvida…

 

… que gritando no hay salida,

las sombras aguardan aún después,

con cada sentimiento distorsionado,

circunstancias y amores de revés…

 

¿Quién podría ser tan fuerte,

para entender que se puede ser feliz?,

en el amanecer lluvioso y gris,

en la existencia, en la incomprendida muerte.

 

Cuelga el teléfono de antaño,

ambiguo y ermitaño, se sintió,

desplazado, homófono y muy cansado,

no era amado, no le importó, no se había engañado…