ElidethAbreu

 ¡¡Oda a Pessoa!!

 

¡¡Oda a Pessoa!!

 
 
¡Oh, tú, genio de las mil facetas!
Tú, que supiste crear un universo
Más real que la misma realidad,
Tejiendo tramas de sombra y de verso.
 
 
Tú, que habitaste simultáneamente
Infinitas vidas, infinitas almas
Desgarrando los velos del misterio
Y conquistando etéreas, silentes palmas.
 
 
¡Álvaro, Ricardo, Alberto, Bernardo!
Maestro de la heteronimia sagrada,
Que supo esculpir en cada seudónimo
Una esencia propia, distinta y marcada.
 
 
Fuiste tantos a la vez, en ti mismo perdido
hermano del silencio y amante del dolor
con máscaras vivías, sereno y confundido
buscando entre palabras fragmentos de calor.
 
 
Tú, que exploraste las profundidades
Del ser humano, en toda su vastedad
Revelando los abismos del espíritu
Anidando sombra y luz, noche y claridad.
 
 
¡Oh, Pessoa! Poeta de los poetas
Tú, que supiste dar voz al silencio
Elevar la prosa al rango de poesía
Y desafiar los límites del lenguaje.
 
 
Tu obra, cual laberinto intrincado
Nos desafía a perdernos sin cesar
A desentrañar los hilos del destino
Y a aprender el arte de navegar.
 
 
Pues tú, maestro de la ambigüedad
Enseñaste a abrazar la complejidad
A habitar múltiples facetas del ser
Y a celebrar la eterna diversidad.
 
 
¡Salve, Pessoa! Tú, que con tu pluma
Supiste reescribir la condición humana
Erigiendo majestuosa efigie al misterio
Que perdurará por siempre, soberana.
 
 
Hoy tus versos navegan en mares infinitos
y en cada lector triste, tu sombra volverá
pues quien sufre en silencio, con pasos solitarios
sabe muy bien que en tus palabras la verdad vivirá.
 
 
Descansa en la niebla, poeta de mil vidas
esa alma errante que nunca se dejó atrapar
que en el cielo del arte, sin dolor ni heridas
tu voz eterna nos vuelva a abrazar.
 
 
ElidethAbreu
10/28/2024©
 
 
 

-Me siento tan aislado que puedo palpar la distancia entre mí y mi presencia-

 

Esta es una de las primeras frases de Fernando Pessoa que nos permite reflexionar sobre nuestra existencia. En ocasiones estamos tan enfocados en el exterior que nos olvidamos de la otra parte, nosotros mismos. Esa distancia entre nosotros y nuestra presencia, provoca que en ocasiones no sepamos quiénes somos.

¿Somos nosotros mismos ante los demás? ¿A qué hemos renunciado para dar gusto a los demás o para mejorar la imagen que proyectamos? ¿Qué no hemos dicho por miedo a la desaprobación ajena?