Esta mañana gris que me acongoja
con la llovizna triste que inunda el alma,
esta mañana pobre sin fundamento
de un lunes que parece final de absurda semana.
Esta mañana inerte sin ese impulso
que brinda a la emoción las ganas vivas
de empezar la conquista de un nuevo espacio
donde se crece el genio con la inventiva.
He vivido mañanas descalabradas
los lunes infectados por vaguedades
cuando llegan de pronto mil soledades
y me roban las ganas de trabajar.
Pero si absurdo es este comedimiento
que casi es una absurda conformidad
más absurdo es contarlo como si fuese
justificada causa para llorar.
Gris la tristeza pasa por mi ventana
con la promesa de un ave que cantará
ya pasarán más lunes con esperanzas
que algún mañana nuevo me traerá.