Viento otoñal que convocas
a las brujas de las entrañas,
que rememoran esos instantes
que muchos acallan con vacío.
Vuelo entre huecos de pócimas
deseosas de cambiar el mundo,
me uno a cuerpos anhelantes
de robar al cielo una sonrisa.
Corro, canto, sueño, miro,
me tumbo para dejarme llevar,
mientras dibujan en mi cuerpo
creencias con sentido infinito.
Todo queda dentro de mí,
dejando huella en mi presente.
Todo queda dentro de mí.
Ahora siembro su semilla.