Y de repente,
desafiando las formas,
la materia, el tiempo,
yergues con tus brazos atlánticos,
con tu mirada que burla el horizonte,
en el anonimato mil veces nombrado,
ignorando la profundidad de mi pecho.
Y de repente… nada sirve,
meses, días, horas, segundos fútiles,
desprovistos de palabras y encomiendas.
Aquí estás
¡Repentina e inevitablemente eterna!
LRL
28-10-2024