Existen dos opciones, triunfar o ser espectador
y yo no vine para ver a nadie
mi alma es fuego, mi corazón es ardor
cada paso que doy, deja huella en la tarde.
La vida es un lienzo, yo pinto sin miedo
colores de lucha, de sueños, de anhelos
enfrento tormentas, abrazo el desvelo
no hay espacio para dudas, solo por el cielo.
Las voces de otros, eco lejano
no soy un testigo, soy el protagonista
cada caída, un impulso temprano
cada herida, una lección en la lista.
Así que camino, sin mirar atrás
con la mirada fija en lo que vendrá
no seré sombra, mi luz brillará
porque elegí ser fuego, pero ceniza, jamás.