Un depredador la rondaba ella no le vio las garras,
y de su porte galante, quedo prendada
acepto salir con el, se enamoro de pleno
el era amable y atento, escondía sus malas artes.
Se casaron y empezó la agonía la maltrataba noche y día
y ella por miedo no lo denunciaba,
pues él la vigilaba, no sabia como lo hacia
pero sabia que allá donde iba el lo sabia.
Un día le dio tal paliza que poco le falto para matarla,
él se marcho enfurecido, ella como pudo se levantó,
y se fue al hospital, allí la visitaron,
estaba embarazada pero perdió al bebé y le dijeron: Haz haz la denuncia mujer,
y te vas al refugio de las mujeres maltratadas,
hasta que el quede encarcelado y puedas volver a tu casa.
Mujer no esperes para denunciar las palizas,
a la primera está alerta y ya puedes ir corriendo a la policía,
pues si esperas mucho puedes perder la vida.
No hay que temer a la denuncia atrévete mujer,
y no te dejes por el miedo vencer.