Cuando mas busco,
es cuando menos encuentro,
insólito e intenso,
lo que eternamente anhelo
y cada vez llega mas lento.
Un grito que suena
hasta lo más recóndito del interior,
una erupción que brota
desde lo profundo,
como un volcán cuya ebullición
explota en el cráter de los ojos,
donde cuasi lava, se deslizan las lágrimas.
Una oda para mi sufrimiento,
un himno para mi alma,
que peregrina en este cuerpo
donde no logra concebir la calma,
como transeúnte que divaga
por infinitas lapidas multicolores,
de donde mi espíritu, transitando por lo atemporal,
se ha levantado para retornar
e intentar de una vez rescatar,
lo que no ha logrado resucitar para transmutar.
Fragmentos,
de eso se componen estos versos,
que no son mas que el desgarro
de esta alma que sufre en silencio,
pues el roce de la realidad solo se apacigua aquí,
adentro, donde la poesía no es un invento
sino el elemento
que da al ser el sustento, para llevar esto
aparentemente sin remedio.