Te quiero cocinar a fuego lento,
dejando que en tus labios suba el ansia,
como sazona el tiempo la fragancia
del beso que se torna en alimento.
Tu piel es miel que endulza mi tormento,
tu boca es pan que calma mi distancia,
y yo, voraz, me entrego a tu abundancia,
bebiendo el deseo en cada intento.
Nos mezclan las caricias sin medida,
un toque de locura y de ternura,
y somos el banquete de la vida.
Juntos, sin recetas ni compostura,
comemos del amor, fruta prohibida,
saciando la pasión que no madura.
La idea de cocinar en pareja se relaciona con el amor, con la mezcla de pasiones y momentos para recordar, de igual manera el alimentar a la persona amada sugiere complicidad y cuidado. Servirle el desayuno en la cama es como celebrar una noche juntos entre risas y felicidad. Para cocinar el amor no se precisa de recetas, los ingredientes y la forma de prepararlos surgen al fuego del encuentro. Cocinar juntos? Es complicado. Por ejemplo, mi esposa dice que hago de la cocina un campo de guerra, que ella es capaz de hacer un comida para diez personas y la cocina queda limpia y ordenada a la hora de servir, yo en cambio amontono todo y al final limpiamos, es prueba de los polos opuestos se atraen.