He pecado de soberbia,
he pecado de malagradecida.
La vida ha sido generosa.
Por fin salí de ese
lugar oscuro, en que la
mayoría me había
hecho daño...
Aprendí a aceptar
que cada uno es
como es-
Y nada más, hay
que recibirlo con gratitud
y humildad.
Vivir el hoy, sin culpas-
Disfrutar de que nace
el sol cada mañana y
verlo ocultarse.
Recoger los malos pensamientos
y tirarlos por la borda.
La nostalgia que quede
para algún tango.
Lo más difícil es
ser simple.
Practicar la compasión
y reportarse siempre
por la gracia divina:
tengo dos ojos para ver,
dos piernas para moverme,
una nariz para oler un rico chocolate,
un par de manos para trabajar y acariciar-
Una boca para saborear un litro
de helado, dos no porque
sería pecar de gula
(rosi12)