Ahora acabo de creer, Sancho bueno, que aquel castillo o venta es encantado, sin duda; porque aquellos que tan atrozmente tomaron pasatiempo contigo, ¿qué podían ser sino fantasmas y gente del otro mundo?
E L Q U I J O T E
Me he refugiado en un castillo,
los espejos en la torre del poniente
reflejan la luz del sol;
iluminada de noche,
al alba la dejo salir;
visito las mazmorras,
escucho angustiados gritos,
las cadenas sisean,
las lámparas se retuercen,
sus lágrimas son una lanza roja;
me detengo en cualquier lugar,
las paredes muestran signos de cruentas luchas,
coagulan el tiempo con poesía;
espadas, escudos, flechas, amores
rotos,
anidan búhos inauditos,
el color de la sangre brilla;
dónde está esta ciudadela
...
vienen por mí