En la tierra de antaño, un susurro hallado,
dos almas entrelazadas, un amor consagrado.
Bajo el peso del tiempo, en un abrazo eterno,
la historia se detiene, en un instante tierno.
Ella, de vida y veneno, en su pecho el latido,
él, guardián de su sueño, en su abrazo perdido.
Frentes que se tocan, miradas que se encuentran,
en el silencio profundo, sus corazones centran.
Tres mil años de sombras, de secretos guardados,
un lazo que desafía los destinos marcados.
La muerte no los separa, su amor es un puente,
un eco en la memoria, un fuego latente.
Las rodillas dobladas, las almas danzan,
en el reino del silencio, su esencia avanza.
Un entierro sagrado, una historia sin fin,
dos corazones unidos, en un mundo de ruin.
Así en la tierra de Ucrania, su legado perdura,
en cada rincón, su amor es ternura.
Bajo el manto de estrellas, en la noche estrellada,
una pareja de bronce, por siempre abrazada.