Se me está yendo el dolor de la rodilla.
Y cada vez respiro más profundamente.
Ya no padezco de insomnio.
Tengo sano cuerpo y tranquila mente.
Pero el golpe intermitente no cesa, no se detiene.
Solamente coge recorrido para volver más fuerte.
Devastando mi rodilla
Y mi corazón latente.
Vuelven esos golpes.
Vuelven como siempre.
Siempre de la misma forma.
Siempre distintos colores.
Y ahora porto el alma rota
a comprar más flores.
Para regalárselas todas
a mis queridos golpes.
Se me está yendo el dolor de la rodilla.
Y cada vez respiro más profundamente.
Ya no padezco de insomnio.
Tengo sano cuerpo y tranquila mente.