Cuando comprendí que era la capitán de mi propio barco,
aprendí a escuchar el susurro del mar y a tomar el timón con firmeza.
Aunque navegue por aguas turbulentas y las olas sean imponentes,
sé que siempre tocaré tierra firme,
porque mi destino está en mis manos
y solo yo decido hasta dónde llegar.
Johana P.
(29/10/2024)