Me invadió la preocupación,
me invadió el enojo.
Levante mis manos;
Entendí que había excedido mi límite…
Mis puños se cerraron con fuerza,
entre en llanto mientras pedía a gritos
que todo terminara.
¿De qué me serviría pelear?
¿Qué valor le doy a mis lágrimas?
\"¿Qué te hice?\", grité.
Lo miré a los ojos, aquellos llenos de angustia,
desconcertados por no saber cómo parar…
Mi mente ingenua lo mira con odio,
mi alma invoca la paciencia y el amor…
Todos batallamos,
todos necesitamos amor…
Mis puños se cierran con bronca,
mis lágrimas piden a gritos comprensión.
¿Quién soy yo para negar?
¿Quién soy yo para ignorar?