El azul de sus ojos,
se matiza en el carmín de las paredes, de su largo cautiverio...
Dragón que aguarda penoso y en furia... Cual perlas azuladas en alas de brillar, condenan una y mil veces... El carmín espantoso del castillo petrificado...
Su perfume carmín
suaviza su llanto azulado...
Cual alba que no sale,
angustia a un alma que se esconde...
Traza sus cabellos en manto carmín...
Cual espada feroz, espera la llegada... De su príncipe azul...
Lunas enteras pasaron desapercibidas. Que en vejez... La princesa ya está a un paso del \"beso mortuoso\"... Ya perdió el carmín de sus labios en desencanto azulado...
Mas su hermosura azulada sigue intacta en lo profundo...