A veces en obtusos pensamientos
transcurre la mañana.
Leyendo poemas de autores surrealistas.
Pseudopoemas divergentes en rayos oscuros
que navegan, en mentes ahogadas en océanos
de locura.
¿Quién entiende sus intrincados símbolos?
Sólo, los que con la testa hecha añicos,
con pegamento psicodélico intentan
unir sus desdichas.
Tiempo, al fin surrealista, quién puede decir,
si la locura es sereno río que busca
el ansiado mar de vida.
Así transcurre la mañana, con un
sol tibio, derritiendo suavemente
el pensamiento.
La mirada en las nubes, en espera que ahí
aparezca la figura del creador.
Que más surrealismo, que las nubes
formando trazos efímeros de mullido algodón.
Invitación sublime a regresar a las blancas
telas de la cama, a reconstruir el mundano
y vano surrealismo.
Dr. Salvador Santoyo Sánchez
30/10/2024