En noches como esta,
imaginó que mi alma se extiende,
se expande en ondas hasta tocarte,
aunque sé que no alcanzo.
Habitas en mí,
en cada palabra que dejas en el aire,
tu lenguaje navega mi memoria
como un río que, al hablar,
me habita,
gota a gota,
como un néctar antiguo que no termina,
como el eco de un nombre que aún desconozco.
Veo ese río del que siempre hablaste,
fluyendo invisible entre tus letras,
un río secreto al que retorno,
sin saber si al final
terminó de alcanzarte.