Yo puedo hacerte príncipe
o quizás ave exótica
vivir en un palacio
o en una humilde choza.
Pero prefiero seas
un niño de la calle
que no conoce hogar
que no lleva equipaje.
Sólo frente a la vida
que es inmenso dragón
te cubres de la lluvia
con cajas de cartón.
Tu mirada es abismo
de oscuro desafío
y tu cuerpo el escudo
que golpea el enemigo.
Ya no quiero soñar
con un mundo perfecto
donde todo es amor
Y corazón abierto.
No es así triste niño;
que mira escaparates
que pule ventanillas
en medio de la calle.
Niño de hambre y de frío
huérfano del amor
que nació castigado
sin cometer error.
Hagamos con los versos
la cruzada grandiosa
que remueva cimientos
Y al fin nazcan las rosas.
Cada niño es futuro
diamante por pulir
una página en blanco
Historia que escribir.