Cuando el vacío hiela
puedes alojarte en un pensar triste...
Es desde donde no hallas sentido.
En realidad el vacío
es lo más colmado de gozo
si sabemos sentirnos,
sentirnos en ese vacío
como parte disuelta en el mismo.
El viento atraviesa
y ves que no éramos más nada que algo,
pero ese algo es parte de Él.
Llenos de tierra, de fuego y de agua.
El vacío no existe.
¿Cuándo va a caer el telón
de este teatro en el que falsamente
se sobrevive?
Cuándo saldremos a vivir
a tu prado infinito
lleno de higueras dulces repletas,
de verdes prados y azules mares...
con palabras desde latidos
que traspasan y hacen consciente
la conexión con todo.
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El sol tras las copas
y el danzar del ramaje.
Unas grietas soleadas
por donde algunos muertos observamos la belleza terrenal
esperando la resurrección de nuestras almas...